09/05/2023
La Z-Plastia es una técnica básica en cirugía plástica que se utiliza para el tratamiento quirúrgico de las cicatrices. Se lleva a cabo ante cicatrices poco estéticas o contracturas cicatriciales, es decir, aquellas bandas fibrosas que se pueden formar tras una herida o quemadura y que constituyen una limitación funcional para la movilidad del paciente.
Su objetivo es cambiar la dirección de una cicatriz para que quede alineada con las líneas de tensión de la piel, alargar aquella cicatriz contraída y mejorarlas estéticamente.
Básicamente consiste en diseñar dos colgajos con forma triangular a ambos lados de la cicatriz que se trasponen uno sobre otro, quedando la nueva cicatriz en un sentido y con una longitud diferente, en forma de "Z".
Existen diferentes variantes de Z-Plastia en función del número de colgajos o los ángulos utilizados, cuyo uso debe individualizarse para cada paciente.
Factores como el tabaquismo o la mala calidad de los tejidos pueden favorecer el desarrollo de complicaciones, como la necrosis de los colgajos, hematomas o infecciones.
La Z-Plastia no solo se emplea como medida terapéutica, sino que también se puede utilizar como medida preventiva a la hora, por ejemplo, de diseñar las incisiones en una cirugía.